LA CUMBRE DE YEKATERINBURGO

Tras la guerra civil rusa se inicia un periodo de calma se inician los primeros contactos entre los Grandes Duques, a los que no disgusta la posibilidad de que Rusia se vuelva a unificar. Pero todos ellos exigen la abdicación de Alejandro III como Zar como condición inicial. Esta petición produce tanta indignación en la corte de Yekaterinburgo que se bloquean las negociaciones, y el Zar no quiere volver a hablar de ellas, aunque promete no levantar un dedo contra sus hermanos rusos. Las Rusias seguirán divididas hasta la muerte de Alejandro III, con cada Gran Ducado practicando muy diferentes políticas.

Los mandatarios de cada territorio tienen el título de Gran Duque excepto el de Rusia que se denomina Zar. La mayor parte de los Ducados se siguen considerando rusos, excepto Finlandia, donde el sentimiento de nación independiente se ha enraizado y no parece dispuesta a aceptar entrar de nuevo en una Rusia unida. Hasta ahora todos los intentos de reunificación han fracasado. Pese a todo se sigue tratando de encontrar un candidato a Zar que unifique de nuevo todas las Rusias, y pese a ser independientes los tratos diplomáticos y comerciales son preferentes sobre el resto de países. 

Cada ducado muestra una diferente forma de gobierno y de organización social a veces totalmente opuestas a las de otro ducado. En algunos ducados el régimen favorece a las clases aristocráticas completamente sin apenas un poder central, hasta ducados democráticos como Sakha donde el Gran Duque delega el poder al parlamento (Duma) elegido por sufragio censitario o el modelo autocrático del Zar.
En 1898, tras la muerte de Alejandro III, su hijo Nicolas II asume la condición de Zar de Rusia, y por fin se vislumbra una posibilidad de reunificación. Se empiezan a establecer negociaciones formalmente, que se dilatan en el tiempo debido a la dificultad de conseguir un pacto que satisfaga a todos. En 1899 las negociaciones se hayan muy cerca de un pacto con bastantes menos candidatos, y con bastantes condiciones ya aceptadas por la mayoría de aspirantes. Se convoca una cumbre para 1900 arbitrada por un monje muy popular llamado Grigori Rasputín donde finalmente se ha de elegir al nuevo Zar de todas las Rusias.

Los dos grandes candidatos a Zar son Nicolas II apoyado por Rusia y los tradicionalistas pese a reconocer el mismo que no se siente preparado y su tío el Gran Duque Alexei Alexandrovich, con ideas liberales y reformistas y que está apoyado por el Gran Ducado de Sakha y al formar parte de la dinastía Romanov no debería causar demasiado revuelo en círculos aristocráticos y tradicionalistas. Algunos rumores apuntan a que podría haber un nuevo candidato sorpresa.