EL VIAJE DEL PROFESOR LINDENBROCK


El Charleen I regresó a New London, con el descubierto ictiosaurio del Atlántico Norte. La pieza, excepcional fue automáticamente embalsamada y provocó que muchos científicos, especialmente biólogos y muchos otros tipos de curiosos viajaran a verla, y posteriormente teorizar sobre su origen y aparición.  La expectación en la comunidad científica fue tal que en un par de años había muchas teorías dispares,  esta variedad de opiniones, originó que se organizara un simposio sobre el ictiosaurio para el año 1883.

Boceto del Profesor Lindenbrock
Durante el  simposio todos aquellos científicos fueron explicando sus propias teorías y discutiendo sobre ellas: que si debía estar criogenizado en el Polo, que si era producto de la involución por algún efecto del cometa, que si era un pez mutante,  se pasaron dos días entre explicaciones y se empezaron a formar diferentes grupos de defensores de una teoría u otra…. Hasta que apareció Axel Lindenbrock.

Axel Lindenbrock recordó a los científicos el viaje que hiciera junto a su tío Otto Lindenbrock y el guía islandés Hans, al centro de la tierra y lo que encontraron allí. Pese a que lo revelaron en su tiempo, no les creyó la comunidad científica, Ni nadie se molestó en acompañarlos. Pero ahora los biólogos examinaron el diario del ya fallecido profesor Lindenbrock y los bocetos que dibujó durante su viaje en el que  se distinguía claramente un espécimen exactamente igual que el ictiosaurio capturado.  Axel Lindenbrock  teorizó que durante la Anegación alguna entrada al centro de la tierra debía cubrirse de agua y probablemente el ictiosaurio pudo nadar hasta la superficie. 

La constatación de la veracidad del viaje de Lindenbrock, implicaba la existencia de una red de túneles subterráneos que comunicarían puntos muy lejanos de la superficie terrestre, normalmente ubicados en volcanes, o zonas volcánicas. El cómo debía haber afectado la Anegación al interior de la tierra era un misterio.    Lo que no sabían en esos momentos era la decisión que se tomó en Japón con los Oni y si en el volcán Akan se encontraría una entrada a esa red de túneles de ser así, la propagación de los mutantes devora hombres podría extenderse a toda la tierra.